Soy un bobo, es la triste realidad, ayer en el “día de la persona emprendedora” en Feria Valencia me he dado cuenta de muchas cosas. El panorama es desolador, gente como yo, con una gran idea, girando por los stands en búsqueda de la iluminación, gente como yo sintiéndose grande por un día. Tristes banquetas donde amigos y otras personas miraban con ojos triste a la mandria de estudiantes en búsqueda del ultimo gadget. Conferencias interesantes cortadas en el momento más importante. Y no podían faltar entes, asociaciones e instituciones por el fomento del empleo: de sus empleos. Instituciones que tienen que justificar de alguna forma sus existencias y vienen, despliegan su rotulo, meten sus folletos (son de hace dos años pero es lo que hay), tiran unos cuantos bolígrafos corporativos en la mesa para pasar el día. Bancos hablándote de ICO que nunca te concederán, en fin.
El ambiente por quien no ha tenido la “suerte” de ir al “evento del año” era el siguiente: stands con gente que quiere venderte algo, empresas que quieren vender sus servicios, instituciones e institutos tecnológicos que quieren dar a ver que existen, bancos que vienen para hacerse una foto y leerte sus lemas “comprometidos con el empleo”, “queremos ser tu banco (si tienes garantías y depósitos)” y dar unos folletos de productos financieros que en la realidad no existen, porque ya se acabó la fiesta de “apalanca y no te preocupe”, asociaciones en búsqueda de asociados y de cuotas. Pille unos funcionarios hablando en un stand, felices.. con sus nominas garantizada a de por vida, diciendo.. “bueno.. a las dos nos vamos eh?” y frase como “mire lo mejor es que usted se dirija a la pagina web allí esta toda la información”, “el responsable está por aquí girando con el consejero”, “uff la verdad es que esto que usted me plantea yo no tengo ni idea”.
Y estos nenes de 16-18 años en todas partes pidiendo pegatinas y cargándose con bolsas de folletos y revistas como si de una excursión se tratara. Bolsas que se van vaciando camino de la parada del metro (un gran desperdicio de arboles y papel).
Una feria donde todos venden a todos y donde falta la cosa más importante: el mercado, los compradores. Iniciativas como esta según los “cerebros más inspirados” sirven para fomentar el empleo y el conocimiento del tejido empresarial. Iniciativa como esta según mi modesta opinión sirven de escaparates a muchas personas, y nosotros los Bobos acudimos como un rebaño ordenado con nuestra corbata mejor para sentarnos en la banqueta (eso si: sin signos identificadores) y ofrecer nuestro apoyo gratis a emprendedores del futuro o a fracasados del presente.
Solo unos cuantos estoicos quiero salvar por el empeño que ponen en hacer que las personas se encuentren, no para hacer negocios sino por compartir momentos y conocimiento. A ellos va mi agradecimiento.
¿El gran ausente? El empresario valenciano. A estas clases de eventos participan solo iluminados bobos como yo, gente entrañable que se lo cree de verdad (a ellos toda mi admiración) y lo que quieren demostrar que sirven de algo.
Yo soy demasiado un perro viejo y no pienso acudir más a esta kermes colorada y festera organizada peor que un Casal Faller en plena fiesta. O a lo mejor acudiré pensando que de una fiesta se tratará. “Fiesta del Emprendedor en Crisis” quizá era lo más apropiado.