Solo “leyendo las ciudades” en diferentes momentos históricos tenemos la posibilidad de ver como los cambios nos afectan directamente e indirectamente en nuestras vidas.
“Desde la aparición de los humanos la natural evolución de los paisajes se trastocó como nunca antes dejando a su paso una impronta que estaba relacionada directamente con los modos de vida. Primero la caza – recolección, después la agricultura y por último, la revolución industrial, constituyen las tres grandes estrategias humanas para la organización y funcionamiento de las distintas sociedades que de uno u otro modo han intentado sacar el máximo partido de su entorno natural. El grado y tipo de explotación a que hayan sometido el paisaje nos dará muestra de la propia evolución humana”. (desde el Plan PGOU de Valencia)
Valencia ha tenido un desarrollo urbanístico impresionante y nuestra calidad de vida ha mejorado de forma espectacular. Un ejemplo que ya es todo un clásico en urbanismo es la transformación del cauce del río Turia. Si en los libros de Blasco Ibañez se representaba un cauce polvoriento y poco agradable, reservado para el mercado de los animales hoy en día un paseo por el rió nos proyecta en otro lugar. Un pulmón verde que atraviesa Valencia y que puede dar aun mucho más de si también a los municipios de la ribera del Turia cuando el parque fluvial completará sus instalaciones desde Villamarxant hasta el Parque de Cabecera.
El primer núcleo del cauce fue asignado a Ricardo Bofíl que supo “leer la ciudad” y hacer mucho mas que un bonito jardín en el cauce de un río.
“Teníamos en en este caso”, indica el arquitecto, “un terreno lineal, que pasa por el centro de la ciudad, en el que había que respetar los pretiles, los puentes, todo, y hacer un jardín, un parque, de acuerdo con la petición popular reiterada durante los últimos años. Se trataba de un proyecto nada convencional, era una idea de gran modernidad: cómo respetar la historia y al mismo tiempo cambiar el uso”.
Otro elemento original para Bofill es la posibilidad de utilizar el río para razonar sobre la ciudad. “El urbanismo de acuerdo con los problemas de la ley del suelo, es una especie de marco jurídico estrecho del que es muy difícil salirse. Te obliga a no pensar en la ciudad, sino más bien en la conflictividad, en la jurisprudencia. En cambio, a través de este encargo hemos podido pensar un poco sobre lo que es Valencia y dar así un diagnóstico de la ciudad, con una perspectiva al mismo tiempo distanciada, puesto que no somos valencianos, y de globalidad”.
“Hemos intentado hacer un jardín que sea mediterráneo, evitando los modelos de jardín nórdico, inglés o árabe, y centrándonos más en el tipo de jardín propio de Italia, España, sur de Francia y Grecia. Y por otra parte, un jardín clásico, entendiendo esto como una especie de conducta moral; algo que esté más allá de la moda y de un excesivo subjetivismo, que supere el tiempo”.
Hoy en día el parque del antiguo cauce es referente Europeo y Bofíl esta trabajando este mismo concepto en otras ciudades fluviales.
A juicio de Bofill, «Valencia está mejor de lo que estaba hace muchos años» y aplaude éxitos como la Copa del América. Pero, aunque se confesó reacio a hablar del pasado, no pudo evitar deslizar puyas al destino que ha sufrido el tramo final final del Turia que él diseño lineal, riguroso, geométrico y conectado con el mar, pero que ahora alberga palacios de la ópera y hasta un pedazo de circuito de Fórmula 1. «Se ha de agradecer la intervención de Calatrava en el río que tiene aspectos geniales y emblemáticos pero sin sentido de estrategia y sin diseño urbano. Los edificios de Calatrava son bonitos, incluso como esculturas, pero funcionan mal urbanísticamente porque Calatrava es un arquitecto-ingeniero que hace cosas interesantes. Pero colocar cosas en el río…», insistió en referencia a la Ciutat de les Arts i les Ciències. Y, aunque sin citar el caso concreto de Valencia, lamentó las variaciones de los políticos en los proyectos urbanísticos de las ciudades. «Viene un partido y hace una cosa y después viene otro y hace otra. Son variaciones de niños pequeños que revelan su falta de madurez y sus caprichos. Aquí había proyectado un jardín pues ahora pongo un edificio… Sólo espero que no se construyan rascacielos al final del jardín».
Los grandes eventos
Desde su primer diseño Estratégico Valencia tenia una tarea pendiente fundamental, posicionarse en el mapa mundial como capital referente. Captar inversiones y captar todas las posibilidades para hacerse un hueco considerable como destino preferente. El enfoque ha sido claro: atraer eventos.
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