UPDATE 2021: En el tema de la vacuna COVID-19 sin ningún titubeo estoy a favor de ella. No quiero que este post genere dudas al respecto. La duda viene sobre como se ha gestionado todo esto a nivel político. Llama mucho la atención de como se han gestionado estos contratos y hay cosas pocos claras que llaman mucho la atención.
En estos días en mi país (Italia) existe una polémica muy fuerte sobre el tema de las vacunas y de lo que es o no es admisible en tema de salud. La verdad es que internet pone a disposición de todos mucha información y a veces es sencillo caer en el error ya que la fiabilidad de lo que se encuentra en la red es muy baja. Pero la gente tiene un poder y este poder le hace pensar y opinar. Una cosa es segura: las vacunas son un gran negocio para las multinacionales farmacéuticas, una gran partida de ingresos y ninguna de las big five del negocio ha decidido hacer un beau gest y decir “nosotros la vacuna la regalamos” prefieren seguir cobrando y presionando, haciendo lobby para que los gobiernos siempre más corruptos adopten medidas drásticas imponiendo por ley, como esta pasando en Italia, la barbaridad de 12 vacunas.
¿Pero que es la profesión medica? Tengo mucho respeto para esta profesión pero también respeto las opiniones de filósofos como Ivan Illich que tienen una posición muy radical al respeto.
“La profesión médica se ha convertido en una amenaza importante para la salud. El efecto incapacitante de la gestión profesional de la medicina ha alcanzado proporciones epidémicas. El nombre de esta nueva epidemia, iatrogenia, proviene de iatros, el equivalente griego de ‘doctor’, y Génesis, que significa ‘origen’…. Los periódicos no hacen más que hablar de las respuestas ambiguas de la medicina: los pioneros de los llamados logros de ayer advierten a sus pacientes sobre los peligros relacionados con las curas milagrosas que acaban de ser inventadas. Los políticos que ya se ha señalado que el modelo de medicina social escandinavo, Inglés o Soviético se avergüenzan de los acontecimientos recientes que muestran que sus sistemas preferidos son muy eficientes en la producción de la misma clase de ayuda que produce la medicina capitalista. La medicina moderna se encuentra una crisis de confianza.” (Nemesi Medica, Ivan Illich)
Vacunas las justas es un libro de Miguel Jara que explica cómo funciona el marketing del miedo, explica con detalle los que considera “pelotazos” de la vacuna contra el papiloma humano y la gripe A, desvela los conflictos de intereses de algunos de los profesionales que las defienden y denuncia casos de niños que murieron tras recibir una vacuna.
“Las vacunas son un buen invento y las vacunaciones comenzaron hace más de 200 años siendo un éxito. Con el tiempo y sobre todo en los últimos lustros la vertiente del negocio ha ido imponiéndose al concepto de bien social. La mercantilización de la salud (y de las vacunas) conlleva graves problemas sanitarios y esto hay que criticarlo y proponer soluciones. Cuando algo que comienza bien se tuerce lo inteligente es rectificarlo. Por diversas razones es cierto que en el mundo occidental existe un porcentaje de personas cada vez mayor que usan menos las vacunas. Suelen ser de estamentos medios y altos de la sociedad y tener buena información.”
Internet y las redes sociales amplifican siempre los enfrentamientos. Pasa eso con cantidad de argumentos de los pro y contras mas absurdos. La superficialidad de las redes sociales y su sistema de like y compartir basura, hace experto a cualquiera. Internet ha generado grandes inventos como wikipedia pero en el otro lado ha destrozado el periodismo de investigación. Ahora los artículos tienen que ser cortos e impactantes y da igual el contenido, lo que importa es que la gente haga un puto click.
Siempre según Jara: “Parece que la reacción de los defensores a ultranza de los sistemas de vacunaciones como están diseñados hoy (con todos sus fallos) han elegido la vía del insulto y la descalificación. Eso no ayuda a mejorar la situación y sí favorece a una industria de las vacunas que tiene muchos trapos sucios que esconder y que está encantada de que existan «guardianes de la fe» en las vacunas para que no se planteen cambios. La estrategia es pan para hoy y hambre para mañana.”
¿Existe una solución? Quizá usar la cabeza. Y sobre todo no buscar verdades absolutas en las redes sociales y pensar antes que compartir basura para no ser parte del problema y pasar a ser parte de la solución. Por razones que no os explico yo no he tomado partido sobre las decisiones de vacunar o no a mis hijos pero tengo una postura muy clara: vacuna, las justas. Encuentro absurdo tener que vacunar un bebe en contra solo un tipo de meningitis cuando realmente hay muchas más. El concepto de prevención lo tengo muy claro. Pero también tengo muy claro el concepto de negocio. Y las vacunas son un negocio.
Os recomiendo este post donde el medico danes Peter C. Gøtzsche declara rotundamente “Los pacientes deben darse cuenta de que prácticamente todo lo que un médico sabe sobre los medicamentos ha sido cuidadosamente preparado por la industria farmacéutica.” Siempre según el “La industria farmacéutica es crimen organizado”